El proyecto de Renovación Urbana Nueva Santa Fe de Bogotá cuenta con el reconocimiento de ser un Bien de Interés Cultural del Ámbito Distrital, y lo convierte en un ejemplo más de la incidencia del legado de la obra de Rogelio Salmona en la construcción de ciudad. Por este motivo, queremos en esta ocasión dedicar este espacio al proyecto, como obra destacada. Hablamos con algunos de sus habitantes para conocer de primera mano cómo ha sido la experiencia de vivir en el centro de la ciudad y la incidencia que tiene la arquitectura en su vida cotidiana. Compartimos sus testimonios. ![]() El proyecto: Ubicado en el centro histórico de Bogotá, este proyecto de renovación urbana corresponde a un ambicioso plan adelantado por el Banco Central Hipotecario en 1980, con el objeto de proyectar una nueva visión urbanística que lograra crear las condiciones arquitectónicas y paisajísticas propicias para revitalizar el centro institucional de la ciudad. En 1984 el consorcio Guerrero-Robledo-Salmona gana el concurso de méritos para el desarrollo del proyecto urbanístico y arquitectónico de nueve manzanas entre las Carreras 4ª a 7ª y las Calles 4ª a 7ª. Se trataba de un programa integral de usos mixtos, que contemplaba el diseño de equipamientos urbanos, espacios públicos y vivienda, para dotar de actividad y vida al sector. El proyecto, diseñado alrededor de varias plazas comunicadas entre sí, ponía en valor el centro de las manzanas y propiciaba la vida comunal. Una doble circulación cubierta al exterior de los edificios ofrecía espacios de servicios y comercio que suplieran las necesidades de los habitantes y del sector. El concepto de “espacios de estar” y “espacios de encuentro”, no solo de paso, fue parámetro para la concepción de la arquitectura que debería recuperar ese sector de gran valor en el centro de la ciudad. Desafortunadamente, de las nueve manzanas proyectadas solo se construyeron tres de ellas que reciben hoy los nombres de Multifamiliares, El Rincón, Dividivi y Piedra Ancha, truncando la oportunidad de conformar un gran proyecto urbano. Después de varios años de terminado el proyecto, la comunidad logra presionar para que al menos uno de los servicios complementarios que formaban parte del proyecto fuera construido y es así como se realiza el Centro de Servicios Comunitarios, proyecto que se inserta de manera discreta en el lugar y ofrece sus espacios para el desarrollo de las actividades culturales y sociales de la comunidad. ![]() Vista exterior Multifamiliar El Rincon Centro de Servicios Comunitarios | ![]() Los habitantes: La vigencia y trascendencia de los proyectos que hacen ciudad logran la apropiación por parte de sus habitantes; así lo constatan los testimonios de María Luisa Rodríguez de Montes, Hilda María Márquez de Buitrago y Rubén Forero Saavedra, miembros de tres de las familias que por más de 23 años residen en uno de los 268 apartamentos del Multifamiliar El Rincón. Ellos nos cuentan que llegaron al proyecto motivados por su privilegiada ubicación en el centro histórico de la ciudad y quedaron seducidos por la calidad de los espacios abiertos que conformaba el conjunto, donde además de contemplar el paisaje, podrían disfrutar de la vida comunal y sería el lugar ideal para vivir. La vivencia de los apartamentos, con sus áreas generosas y bien iluminadas les ha permitido desarrollar muy cómodamente sus actividades familiares, desde que contaban con sus hijos pequeños. Destacan que gracias a la amplitud en los corredores, puentes y escaleras que conectan el conjunto, es posible recorrer con la vista y apropiarse y cuidar así del proyecto. El conjunto se convierte en una gran terraza urbana que pone en valor el paisaje circundante, la ciudad, los cerros orientales, la hondonada entre Monserrate y Guadalupe, y los Nevados del Ruiz y Tolima que por el occidente conquistan con sus cumbres tanto las mañanas como las tardes despejadas. La arquitectura logró generar la apropiación por parte de sus habitantes, quienes se encargan de defender y proteger sus espacios comunes, lugares de encuentro y jardines, conscientes de que su propiedad es una joya y se enorgullecen de habitar allí. En la Foto: Rubén Forero S., Hilda María Márquez de Buitrago y María Luisa Rodríguez de Montes. En la Foto: María Luisa Rodríguez de Montes, Hilda María Márquez de Buitrago y Rubén Forero S. |
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